“Fracturas”: MOVEDIZA estrena esperado disco debut

Un proceso paciente, lleno de canciones que han servido de compañía y registro en tiempos oscuros. Tras dos años de pandemia, la luz parece volver a darle brillo a nuestros días, develando también las cicatrices de lo que hemos vivido. MOVEDIZA, el dúo oriundo de Melipilla que se posiciona como un verdadero recambio sonoro chileno, libera finalmente su disco debut. 

“Fracturas” son 11 canciones que funcionan como espejos de lo que Javiera Ramírez y Silvana Bidirinis viven y transmiten. Un álbum que adquiere su nombre, tanto por el concepto de glitch sonoro y los cambios de intensidad que recorren cada track, como por el quiebre que nos deja la vulnerabilidad humana desde donde surgen las letras y el espíritu que cubre la atmósfera de este primer largaduración. 

“Es un viaje que sumerge en la intimidad de voces melancólicas y armonías dulces, en juego con la intensidad de una producción sin temores”, dicen las artistas sobre el trabajo de producción musical y mezcla que presenta “Fracturas”, realizado por la propia Bidirinis con las asesorías de Cristián Heyne y Fernando Herrera. El master estuvo en manos de Francisco Holzmann.

Exploraciones llenas de libertad que se convierten en un pop fresco, muy propio de la esencia de MOVEDIZA. “El proyecto se originó desde un formato creativo muy abierto y desprejuiciado; siempre nos ha gustado jugar con lo inesperado. Al estar implicadas de principio a fin en los procesos, hemos tenido la libertad de entretenernos y arriesgarnos con todos los sentidos que empiezan a atravesar MOVEDIZA”, cuentan sobre la fusión de universos sensibles y musicales que acompaña a cada una, y la combinación que logran entre ambas.

Una identidad curiosa, arriesgada, que ofrece una primera puerta abierta para seguir recorriendo muchas diversas direcciones con MOVEDIZA. Un disco debut que también es un registro de sus existencias, esas que las desplazaron a una inagotable necesidad de armar y desarmar hasta darle forma a “Fracturas”, la grieta por la que se colaba el brillo que tanto anhelábamos.