“Saldos de Otoño”: la obra más personal de Jaime Atria en las postrimerías de una etapa
Enero 10, 2020
“Saldos de Otoño” se titula el más reciente disco de Jaime Atria Rosselot, el destacado publicista y músico que ha convivido con estas dos disciplinas encontrando amplio reconocimiento en cada una de ellas. En Publicidad, cuenta con una larga trayectoria profesional que lo ha llevado a trabajar en algunas de las compañías más prestigiosas del rubro y actualmente a ser el director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Uniacc. En la música, ha sido compositor de cuantiosas y premiadas obras. Sus creaciones, que recorren la raíz folclórica, la balada y el jazz, han sido grabadas por reconocidos artistas chilenos y le han permitido -a la fecha- publicar 5 producciones fonográficas.
En este último álbum, Jaime dice haber regresado a sus orígenes, a su primera etapa de cantautor, escribiendo e interpretando sus propias canciones. En pausa quedó entonces su generosa labor de escritor donde entregaba el protagonismo de sus canciones a las voces de artistas como Magdalena Matthey, Eduardo Gatti, Juan Carlos Duque, Andrea Tessa, Gloria Simonetti y Pedro Messone, entre otros. Después de varios años, edita un disco sumamente personal, introspectivo e interpretado por él mismo.
Jaime lanza “Saldos de Otoño” en un momento de su vida que él mismo afirma corresponde a las postrimerías de esa estación, una etapa que se acerca inevitablemente al invierno, al ocaso de un largo camino. “El disco, de alguna manera toma las sensaciones, sentimientos, miedos y experiencias de lo que queda del otoño”, asegura.
Este LP de 12 canciones representa las inquietudes de una persona que está consciente del momento en que se encuentra y de lo que significa el futuro en esta época. Su temática es tan variada como las posibilidades de la vida misma; separación, muerte, milagros, sueños y experiencias. Un disco que simboliza fielmente el sentir de su autor y que fue hecho sin limitaciones de tiempo, presiones ni apuros.
En musicachilena.cl conversamos con Jaime Atria acerca de su “Saldos de Otoño”, repasando sus motivaciones, trabajo de producción y colaboraciones. Quisimos entender cómo sus melodías ilustran la transición entre el otoño y el invierno en la vida de una persona y conocimos, en testimonio de su propio protagonista, la obra que representa más que ninguna otra lo que es Jaime musicalmente.
- Después de bastante tiempo editas un disco interpretado por ti mismo, ¿cómo fue esa experiencia, de interpretar tus propias obras o de finalmente saber que no van dirigidas a un tercero al momento de componerlas.
Fue sin duda una experiencia muy enriquecedora. Tal como dices, todos mis últimos discos fueron canciones interpretadas por diversos artistas tan diferentes entre sí como Magdalena Matthey, Andrea Tessa, Gloria Simonetti, Eduardo Gatti, Mariela González, y cada uno de esos discos tuvo una impronta propia, por ejemplo “Cuatro Venus en el Corazón de Marte” fue producido por Tilo González y tuvo un estilo más cercano a la música fusión, con ritmos de bossa o samba, “En el Nombre del Padre y del Hijo”, producido por Juan Carlos Duque aglutinó canciones de mi padre y mías. “Niño otra Vez” muestra mi parte más folclórica.
En Saldos de Otoño incluí canciones nuevas, nunca antes grabadas por otros intérpretes y me trasladan a mi primera época de cantautor.
- Sobre el origen del título, ¿de dónde proviene “Saldos de Otoño”?
Claramente tiene que ver con la etapa que me encuentro en la vida. Hoy estoy en las postrimerías del otoño, acercándome vertiginosamente al invierno. El disco, de alguna manera toma las sensaciones, sentimientos miedos y experiencias de lo que queda del otoño. En palabras de Sabina “…el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno…”
- ¿Son los 12 tracks que componen el álbum parte de un relato o cada canción tienen una significancia en particular? Por favor cuéntanos a grandes rasgos cuál es leitmotiv de la obra.
Saldos de Otoño es un disco conceptual. Si bien cada canción se sustenta en si misma, de una u otra manera todas representan las inquietudes de una persona que está en esta etapa de la vida. Se habla de separación, de muerte, de milagros, de volver a ser, de lo soñado y lo vivido, pero también de temas como el travestismo, los aluviones, el desierto florido…
- Musicalmente hablando, ¿cómo describirías el disco?, cuáles son los sonidos predominantes o instrumentos más utilizados.
Es un disco quizás atemporal. Guardando las distancias, hay en él influencias de los Beatles, Juan Luis Guerra, Carlos Gardel y el Bossa Nova. Cada canción está concebida y producida musicalmente de una forma “personalizada” evitando que, salvo mi voz, el disco tenga la misma sonoridad en todas las canciones. Por lo mismo, la gran variedad de instrumentos y músicos incorporados en Saldos de Otoño.
- ¿Cómo fue el proceso de producción y grabación de “Saldos de Otoño”?
Fue un proceso largo en el que la producción y la creación en algún momento se superpusieron. El disco fue hecho sin presiones ni apuros, solo pensando en que el resultado final me dejara totalmente satisfecho. Saldos de Otoño representa más que ningún otro disco lo que soy musicalmente. Mis capacidades y limitaciones. No esperen de mi menos que esto ni me exijan mucho más que esto. Sumando y restando, todo el proceso duró cerca de dos años.
- El disco posee importantes colaboraciones, por favor cuéntanos quiénes son los artistas que te acompañan y cómo fue el aporte de cada uno de ellos en el resultado final.
Tal como te mencioné, el arreglo de cada canción fue concebido e instrumentalizado a la medida de sus requerimientos. Esto nos obligó a incluir muchos músicos que solo participaron en una o dos canciones, y un grupo base que participó en varias. Así fue que contamos con Simón González para las guitarras de dos canciones, Tilo González participó en tres de ellas (ambos obtuvieron alguna vez el premio Pulsar como mejores instrumentistas). Y tuvimos también la participación de algunos músicos que por la especialidad de sus instrumentos participaron en una sola canción: Rodolfo Jorquera en bandoneón y Patricio Toledo, en laúd, Luciano Taulis en Viola da Gamba. Tuve el privilegio de contar con Andrés Pérez en saxos y clarinetes, Cristián Mandeville y Enzo Godoy en guitarras acústicas y eléctricas, Sebastián Almarza en piano, Leo Saavedra y Diego Inostroza en baterías, Cote Gonzalez en arreglos de cuerdas, “Caluga” Escobar en trompetas, en fin, fueron más de 20 músicos que participaron en la producción de Saldos de Otoño.
- ¿Cómo fue trabajar con tu sobrino Camilo en la producción de este álbum? Me imagino que tiene un componente especial.
Camilo fue un pilar fundamental en esta producción. Como productor, como arreglador, como intérprete de varios instrumentos, como ingeniero de sonido y por su paciencia por intentar siempre entender hacia dónde quería yo llevar cada canción.
Más que nada fue mi partner y su compromiso en lograr un excelente resultado por la relación que tenemos, fue mucho más allá de lo meramente técnico. Camilo es un músico de formación profesional, pero jamás ha dejado de querer aprender. Si bien su instrumento natural es el bajo que lo ha llevado a trabajar con Consuelo Schuster, Myriam Hernández, Luis Fonsi y otros músicos destacados, es además un excelente tecladista y se dio la licencia incluso de tocar flauta dulce en uno de los temas.
Esto, sumado a una maravillosa relación personal y familiar donde el cariño y el compromiso estuvieron siempre sobre los intereses económicos, me permite aseverar que, sin Camilo, difícilmente habría podido llegar al resultado obtenido.
- En las canciones Leyendo Lemebel y Su Boca, las artistas Katy Campos y Camila Riestra participan como artista invitada e intérprete, respectivamente, cuéntanos cuál es tu relación con estas talentosas cantantes y cómo llegan a colaborar contigo.
A Camila la conocí desde que era una estudiante secundaria, cuando participamos juntos en el Festival de las Américas y obtuvimos el segundo lugar, además esa fue la primera vez que trabajé con Camilo. Siempre me gustó la dulzura de su voz y sentí que era ella quien debía interpretar “Su Boca” una canción con aires brasileros que habla de la boca como instrumento de amor y pasión, pero también de denuncia, grito y expresión de las ideas propias.
A Katty Campos la escuché una vez en una presentación en un evento de la SCD con su grupo “Animal Tango”, que también integraba Rodolfo Jorquera en el Bandoneón. Me sorprendió su impronta, fuerza y carisma para interpretar el tango. Sin duda, su aporte en “Leyendo a Lemebel” es glorioso.
- Jaime, ¿tienes pensado hacer un lanzamiento en vivo del disco?, de ser así ¿cuál sería la fecha y formato pensado?
Pensaba hacerlo a finales del año pasado, pero el estallido social me obligó a postergarlo. Mi intención es retomar el tema en abril y lanzarlo con una presentación en vivo. Pero el disco está oficialmente lanzado, se puede encontrar físicamente en la Disquería Chilena y digitalmente en todas las plataformas musicales tales como Spotify, Amazon, Apple Music, entre otras.
- En tu rol de reconocido publicista, ¿participaste del diseño del disco?, ¿Qué significa esta serpiente que desciende de un árbol otoñal?, ¿Cómo se traduce en las melodías con las que el público se encontrará?
Curiosamente soy muy torpe tratando de promoverme a mí mismo. Tal como en la producción de las canciones dejé que los mejores músicos interpretaran los instrumentos, quise que el diseño de la carátula quedara en manos de un experto. Entonces acudí a Jean Pierre Cabañas, de Medu1a para que tomara el desafío. Me alegro mucho de que así haya sido. Jamás yo habría podido llegar a una idea tan conceptual y que definiera tan bien el sentido del disco. Jean Pierre no tiró una línea sin antes conocerme, escuchar algunas canciones, preguntarme sobre mi vida, mis gustos, mis pasiones…
Uno puede tener muchas interpretaciones, pero la serpiente descendiendo seguramente soy yo, bajando de un árbol que ha dejado caer sus hojas. Abandonando el otoño para comenzar a vivir el invierno.