Ismael Oddó y su nuevo disco Canciones con mi viejo: “Será como abrirle al público las puertas de mi casa y de mi familia”

Agosto 22, 2019

Tras el golpe militar de 1973 en Chile, el músico y emblemático integrante de Quilapayún, Willy Oddó, como muchos de sus compañeros, se vio forzado a abandonar el país y vivir en el exilio lejos de su familia y seres queridos.

Para no perder el contacto con sus cercanos e intentar de alguna forma aplacar la nostalgia obligada que genera el desarraigo, Willy comenzó a grabar y enviar casetes, como si de cartas se trataran, a sus familiares en Chile.

Estas grabaciones, que muchas veces no contaban con la mejor calidad, eran de carácter muy íntimas y tenían el objetivo de mantener la comunicación a través de la música y el canto, sin importar la distancia.

En 2019, su hijo y actual miembro de Quilapayún, Ismael Oddó, recopiló todo ese material y seleccionó 10 canciones, mejorando los sonidos e incorporando su voz y guitarra para dar como resultado “Canciones con mi Viejo”, un disco que los reúne por primera vez a casi 30 años la muerte de Willy.

En músicachilena.cl conversamos con Ismael para conocer cómo fue el proceso de creación y grabación de su tercera producción como solista y enterarnos de todos los detalles del lanzamiento en vivo del día 7 de noviembre en el Teatro Nescafé de las Artes.

 

  1. ¿En qué momento nace la idea de crear este proyecto “Canciones con mi viejo”?

La idea nace hace muchos años. Dada las circunstancias de la muerte de mi papá y de mi mamá después, que murió hace ya casi trece años, me quedé con mucho material que ella decidió conservar; Fotos, diapositivas, cartas, discos vinilos  y muchos casetes, principalmente de la época del exilio. Cosas que podrían considerarse inútiles en términos de que ocupan espacios, son viejos o están en desuso, y que además de cierta forma son peligrosos para seguir viviendo pensando en que si uno va mucho hacia el pasado existe el peligro de quedarse atrapado en él.

Pero lo que siempre supe de cuando heredé este material familiar es que algo tenía que resolver con esto y ocuparlo de alguna manera para hablar de mi experiencia de vida con mis viejos, hablar de mi viejo, que era una persona particular y extraordinaria, llena de virtudes y brillante en términos humanos.

Primero tuve la intención de hacer un documental y luego empecé a reinventar el proyecto pensándolo  en algo más experencial que audiovisual, pensé en el teatro, también soy actor, y dije “podría ponerme mi mismo en escena”. Ahí nace la primera parte de proyecto que se llama “Willy Oddó, el exilio en la voz”, que es una instalación, obra y concierto. Con todos esos elementos. Y la segunda pata del proyecto es la recuperación de canciones que mi papá grababa en casete para nuestra familia aquí en chile y en Venezuela. A mis abuelos, mi tía aquí y mi otra tía en Venezuela. A sus primos, mi tío Jimmy y a la familia en general.

Esos casetes  fueron el modo de comunicarse de una manera un poco más espontánea y menos formal que a través de una carta, no con tantas limitaciones de lenguaje y extensión de tiempo. Mi viejo solía sacar la guitarra, como era músico y se tomaba muy enserio su propio oficio, y cantaba su repertorio personal, que ya cantaba incluso antes de entrar al conjunto Quilapayún; Zambas argentinas y tangos que interpretaba con mucha pasión y de manera muy expresiva. Él era conocido dentro del grupo por tener esas características.

Y bueno, fue así como hizo y envío estas grabaciones prácticamente durante todo el exilio, desde fin del 73 hasta principios de los años 90. Eso es lo que existía y eso es lo que quise rescatar creando este disco. Además de, por supuesto, el gran objetivo de cantar y acompañar a mi papá en una canción.

 

  1. ¿Cómo fue el proceso de recopilación y re-grabación de las obras?

Pude recopilar estas obras gracias a una guía que una de mis tías desarrolló a partir de todo el material que ella misma recibió; Alrededor de 24 canciones, en distintos casetes y por supuesto en distintos grados de calidad sonora. De esa cantidad, con la ayuda mi amigo e ingeniero en sonido del proyecto, Jorge Fortune, seleccioné 10 pensando en no alargarme tanto y en conseguir que tuvieran variados ambientes para conformar una unidad que fuese interesante no solo para mí sino para una persona que no conoció a mi papá y que no tiene ningún vínculo con esa parte de la historia o con ese tipo de música y que podría llegar a interesarse por el fenómeno y por la manera en que se realizó.

Después de esa selección de 10 canciones fue todo un trabajo de joyería de restaurar sonoramente la calidad y de bajarle mucho el ruido. Hay que entender que esto originalmente no se grabó en un estudio con un micrófono profesional o en las condiciones actuales con una mesa de sonido, sino que fue totalmente espontáneo y con un destino doméstico familiar -casi intransferible-,  por lo tanto fue grabado con muchísimo amor.

Después de esa restauración también tuvimos que ajustar las distintas velocidades, porque había grabaciones que estaban con una velocidad más lenta o más rápida. Y por supuesto,  llevarlas a una afinación estándar del 440 para hacer que el acompañamiento no desafinara y sin que se produjera una diferencia tan notoria con las grabaciones originales. Respecto a la parte más musical y técnica. Hicimos varias pasadas del material original para que yo pudiera primeramente construir los arreglos y después agregar, prácticamente al final, el trabajo de voces.

 

  1. Entiendo que contaste con la participación de diversos músicos. ¿Nos puedes adelantar los nombres de algunos de ellos?

Así es, primero tuve la colaboración de Raúl céspedes en guitarrista para darle una estructura a la base de las canciones ya existentes. Teniendo esa estructura nosotros hicimos todo el arreglo en mi casa a dos guitarras y después, en la segunda parte de la grabación, que tuvo lugar en los estudios GAM con Gonzalo Rodriguez, sumamos las pistas semiarregladas con Fortune e incorporamos el contrabajo de Federico Faure, la percusión de Danilo Donoso, la intervención de Ángela Acuña en el chelo y de Federico Terranova en el violín de la canción Revolver. También conté con una participación especial en el montaje y  producción de una Canción en específico que le encargué a mi amigo Camilo Salinas y que terminó por posproducir Dj pizza. Está bien variopinto y coloreado el disco.

Existe además en una grabación original la participación de Hernan Gómez, amigo y miembro de Quilapayún hasta el día de hoy que vive en Francia. Mi papá grabó con él a dúo una cantidad importante de zambas y canciones de violeta juntos. Y hay una zamba maravillosa cuyo casete no tenía muy bien sonido, pero quise rescatar precisamente para cantar con mi papá y con Hernan hoy día y con Hernán ayer también. Tiene un valor extra porque es como un guiño al tiempo, al sentido del tiempo, a las cosas que no pasan y se conservan en la memoria y siguen viviendo porque las personas le dan vida.

 

  1. Para ti, ¿Cuál fue el resultado de este álbum? ¿Con qué se encontrará el público?

El público se va a encontrar con un conjunto de canciones que apelan a un estado talvez nostálgico porque la música es nostálgica y te invita a entrar en un estado de reflexión, de mirar hacia atrás.

La música y su contenido están llena de espacios y de atmósfera. Ya sea zambas, bagualas, o tangos, todas tienen una carga emotiva muy significativa sobre el devenir del ser humano en el exilio. Por eso mismo retomé una canción que además se va a convertir en el primer single que se llama “Revolver”, que es además una canción ya publicada por Quilapayún en el año 84, escrita por Eduardo Carrasco junto a Desiderio Arenas, y que fue encomendada a mi padre para que la  cantara en el disco.

Y una anécdota de la existencia de esta versión que estará en “Canciones con mi viejo” es que mi papá se la cantó a capela a mi tía contándole un poco del momento que estaba pasando el Quila en esos años, apropósito del deseo de volver y la nostalgia obligada que se produce en la sensación de desarraigo y arraigo simultánea vividas en el exilio por muchos chilenos y latinoamericanos.

Y con eso se va a encontrar la gente, con un material casero, íntimo, de tú a tú, que en su momento no tenía ninguna pretensión más que lo escuchasen sus familiares. En el fondo es como abrirle la puerta al púbico y a la gente que quiera escuchar, la puerta de mi casa y la de mi familia. De conocer y darle la posibilidad a las personas de escuchar a mi papá sin poncho. Más allá de su enorme disponibilidad arriba del escenario y de todo lo que transmitía, será como estar en su casa, junto a él, en el living de Willy Oddó.

 

  1. Lamentablemente con tu padre no pudieron coincidir musicalmente, trabajar juntos. ¿Cómo fue la experiencia en ese sentido el hecho de poder estar juntos en una grabación?

Efectivamente, la música nunca nos había juntado de manera seria y sostenida en un escenario. Quizás en el aspecto más lúdico y pedagógico de enseñarme algunas cosas, pero muy poquitas.

El hecho de poder grabar con él y en general todo este proceso indudablemente me hizo conectarme con el pasado y con su trabajo. En la práctica lo traté de entender en términos musicales y por otra parte reconocer sus gestos con la guitarra o con su voz y me di cuenta, seguí dándome cuenta, que era un cantante extraordinario, un intérprete realmente fuera de serie. Muy sensible, de muchos colores, con un timbre de una característica sonora única. De verdad es muy emocionante poder unir mi voz a la suya. Pero no la emoción desgarrada y derrotada, sino que es una emoción muy positiva y sintiendo que mi papá está muy presente siempre.

 

  1. Ismael cuéntanos cómo va a ser este concierto de lanzamiento el 7 de noviembre en Teatro Nescafé

El concierto de lanzamiento va a tener todos los componentes del disco propiamente, que es un proyecto que no solo se vuelca al pasado, sino que también busca una resignificación en el placer de escuchar de música, de juntarse alrededor de un fogón, de encontrarse bajo la sombra de un árbol y compartir canciones, además de por supuesto reír, tomarse un copete, que es parte de la noche, de un encuentro, pero también tiene de escuchar, el poner atención. Que es algo que creo hacemos cada vez menos.

Algo muy significativo y simbólico además es la fecha en lo que lo haremos. Porque no fue para nada planeado, ya que inicialmente pretendíamos hacer el lanzamiento a mediados de este año y por distintas razones de agenda por parte del teatro y mía no pudimos coincidir. Hasta que un día me llamaron y me dijeron “Ismael, se abrió una fecha el día 07 de noviembre”. Que es justamente el día que falleció mi papá.

 

  1. Tras el lanzamiento, seguirás enfocado en su promoción? Tienes más fechas agendadas?

Sí, claro. Lo seguiremos promocionando, pero por lo pronto estamos totalmente mentalizados en el lanzamiento y posterior a eso iremos anunciando las nuevas fechas a medida que vayan saliendo.

 

  1. Cómo se podrá acceder al disco. Se editará digital o físicamente.

En un primer momento lo publicaremos en formato digital por todas las plataformas tras el lanzamiento, pero también intentaré tener el disco físico que siempre tiene un valor especial.

 

  1. Cuáles son tus planes para tu futuro como solista y con Quilipayún.

Con Quilapayún tenemos actividad permanentemente y hace muy poco estuvimos en una gira conmemorativa de los 50 años del disco “Basta”. De mi futuro como solista, ahora bien enfocado en el “Canciones con mi viejo”, pero sí pensando en un cuarto disco que podría tener lugar el próximo año.

 


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