(ME LLAMO) SEBASTIÁN: EL ADIÓS DEL NIÑO PRODIGIO

Sebastián Sotomayor es el nombre real tras el proyecto (Me llamo) Sebastián, músico que se expresa con calma y buen humor, lo que contrasta con la inconfundible cuota de emoción, fuerza e intensidad que despliega en el escenario. A sala llena presenta un repertorio que mezcla todos sus trabajos con tonalidades teatrales a la usanza de esos musicales que tanto admira, es el penúltimo show antes de partir, sin duda una despedida íntima antes de lo que será la gran fiesta del 5 de mayo en Espacio San Diego.

Han sido 10 años dedicados a mantener una bandera de apoyo a las causas LGBT y a todos aquellos que se han sentido diferentes, desnudando el alma en letras llenas de sarcasmo y melancolía, con sonidos suaves y desgarradores. Una polémica en Chile que, opacó el lanzamiento de su más reciente disco “La Sombra” y, sumado al repentino éxito de su música, lo hicieron sacar pasaje únicamente de ida para emigrar y comenzar de cero.

¿Cómo surgió esta idea de radicarte en México?

Bueno, siento que he hecho hartos conciertos acá súper bonitos, pero yo hago canciones y quiero que la gente se conecte con eso. Últimamente aquí he sentido que mi carrera se ha conectado con otras cosas. Mi disco anterior tuvo una polémica con un integrante (que ya no pertenece a la banda) y eso arruinó lo que nosotros estábamos tratando de lanzar como disco, la promoción se tiñó de esa noticia y yo no quiero ser conocido por polémicas, quiero ser conocido por mis canciones y mostrar esto que estamos haciendo ahora. A mí me gusta mucho tirarme a la piscina, así que me voy a vivir allá; igual en octubre tengo fechas acá, pero voy a venir un mes y vuelvo.

Sebastián ya ha experimentado el escenario mexicano y tuvo una gira en 2015, pero las puertas de este mercado se abrieron aún más cuando el director chileno Nicolás López decidió usar la canción “Baila como hombre” como banda sonora de “Hazlo como hombre”, película que resultó ser la más vista del 2017 y la tercera más taquillera de la historia cinematográfica de dicho país.

Internet la clave del éxito ¿A qué crees que se debe el apoyo del público?

Ya son 10 años de estar tocando, la gente en las tocatas ha prendido, ha vuelto, me ha visto en internet, le gustan las canciones, o sea yo nunca he tenido un sello. Entonces cualquier cosa que haga, cualquier sala que llenamos es sólo porque la gente lo ve en internet y quiere venir, entonces siento que se debe a eso, al cariño de las personas que están interesadas en la música que yo hago.

Cuando partiste ¿Pensaste que ibas a llegar a este punto?

Lo que pasa es que mi viejo, cuando yo tenía 5 años, me metió en la academia del Lucho Jara y él hacía sus galas de fin de año en esta sala, así que igual yo nunca he sentido como una explosión con mi trabajo po’ ¿cachai?, como que siempre ha sido muy paulatino, al principio nadie me cachaba, después saqué un disco de una canción alguien lo empezó a cachar, y cada vez se ha ido sumando más gente, siempre ha sido algo por lo que yo he trabajado, supongo.

El talento atípico de Sebastián en una familia sin artistas, hizo que recibiera apoyo y atención, especialmente por parte de su padre, quien se encargó de llevarlo a cuanto casting y audición podía participar, pero aquello trajo desgaste y consecuencias. A los 18 años decidió independizarse para reinventar su carrera en un estilo diferente al que su padre había esperado, recuerda que, tras una gran discusión, el camino fue muy solitario y que, a pesar de que hoy tienen una muy buena relación, sólo volvió a reencontrarse con su padre cuando “Niños Rosados” comenzó a sonar en radios.

Tras la reconciliación y basado en tu experiencia ¿Qué opinas de los programas de talento?

Yo opino que cada persona puede hacer lo que quiera, o sea si alguien quiere hacer un concurso de talento debe ser porque alguien lo está viendo, es como un círculo vicioso, los programas encuentran a una persona que canta bien pero no creo que tenga que ver con el arte. A veces es una promesa un poco falsa porque eso no significa que haya un trabajo detrás, el programa se acaba y sueltan a la persona, pero en el caso de los que hacemos canciones y grabamos discos, nosotros nos sostenemos.

Honestidad total ¿Qué esperas del futuro en México y en general?

A mi altura lo único que aspiro es poder tocar y que la gente enganche con mi música, que entiendan el mensaje. Cuando pasó la polémica me di cuenta que había gente que no entendía de lo que yo cantaba, como que le gustaban canciones porque decían que mi voz era bonita, porque eran canciones de amor, pero no cachaban mi volá de por qué yo canto.

No espero nada o sea seguir cantando, a mí lo único que me motiva en la vida en verdad es ese momento de sentir que ya no hay que ocultarse, que nadie se ríe tanto de ti, que todo es permitido. Es un espacio de amor y yo ese espacio nunca lo veo en la vida cotidiana, o en muy pocos lados, entonces yo lo percibo constantemente al tocar, al encontrarme con la gente que escucha y vivir esos valores en mi vida en general, entonces yo no espero nada realmente: cantar hasta que me muera y morirme.